Poesia Maia

Códice de Dresden, página 49. Fonte: Wikimedia Commons.
Acesso em: 05/01/2021.

Produção intelectual destruída

Poucos livros maias de poesia foram conservados. Entretanto, a poesia dos maias, como a de outros povos pré-colombianos, está fortemente vinculada ao canto e à dança.

Achados significativos

Na região de Chiaspas, no México, foram descobertos alguns poemas, escritos no idioma maia, analisados por estudiosos norte-americanos e publicados pela Harvard University, nas primeiras décadas do século XX.

Nem tudo está perdido

Vale mencionar que existem inúmeros textos e fragmentos literários, produzidos pelos maias, integrando acervos de bibliotecas e arquivos, em diversas partes do mundo, necessitando urgentemente compilação integral. Com certeza, constituirão importante contribuição à cultura universal.

Os Cantares de Dzitbalche

O poema que apresento, integra Os Cantares de Dzitbalche. Trata-se de manuscrito em língua maia descoberto em 1942, em Campeche no atual Estado mexicano. Foram publicados por Alfredo Barrera Vásquez em 1965. Este manuscrito contém pequenos textos poéticos de enorme sensibilidade e rara beleza. O poema é, na verdade, uma oração aos deuses, especialmente, à divindade lunar. As cerimônias noturnas; as jovens acompanhadas por uma preceptora ou guia; a alusão a água, às fontes sagradas.

Kay nicté – Canto de la flor

La bellísima luna
se ha alzado sobre el bosque;
va encendiéndose
en medio de los cielos
donde queda en suspenso
para alumbrar sobre
la tierra, todo el bosque.
Dulcemente viene el aire
y su perfume.

Ha llegado en medio
del cielo; resplandece
su luz sobre
todas las cosas. Hay
alegría en todo
buen hombre.
Hemos llegado adentro
del interior del bosque donde
nadie[nos] mirará
lo que hemos venido a hacer.

Hemos traído la flor de la Plumería
la flor del chucum, la flor
del jasmín canino, la flor de…
Trajimos el copal, la rastrera cañita ziit,
así como la concha de la tortuga terrestre.
Asimismo el nuevo polvo de calcita
dura y el nuevo
hilo de algodón para hilar; la nueva jícara
y el grande y fino pedernal;
la nueva pesa;
la nueva tarea de hilado;
el presente del pavo;
nuevo calzado,
todo nuevo,
inclusive las bandas que atan
nuestras cabelleras para
tocarnos con el nenúfar;
igualmente el zumbador
caracol y la anciana [maestra]. Ya, ya
estamos en el corazón del bosque,
a orillas de la poza en la roca,
a esperar
que surja la bella
estrella que humea sobre
el bosque. Quitaos
vuestras ropas, desatad
vuestras cabelleras;
quedaos como
llegastéis aquí
sobre el mundo,
virgenes, nujeres mozas…